La Torre del Banco de China, en Hong Kong, fue creada en 1990 por el famoso arquitecto I.M. Pei. El edificio puso a Asia en el mapa de los rascacielos y se mantiene en pie como una especie de diamante entre el bosque de torres de la isla. Detrás de toda esta arquitectura se esconde una fábula política, la historia de un superpoder mundial marcando su territorio. China quería que el mundo supiese que Hong Kong pronto estaría bajo su potestad y utilizó este rascacielos para demostrarlo.
Pero no fue fácil construir esta torre, ya que el presupuesto con el que contaban para hacer esta importante declaración era exiguo, sobre todo teniendo en cuenta que su más fiero rival había construido la torre más cara del mundo justo en el portal de al lado.
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